miércoles, 14 de febrero de 2018

Guía diaria para acomparñarnos en el camino




"Un viajero caminaba un día por la carretera cuando pasó junto a él como un rayo un caballo montado por un hombre de mirada torva y con sangre en las manos.


Al cabo de unos minutos llegó un grupo de jinetes y le preguntaron si había visto pasar a alguien con sangre en las manos.


“¿Quién es él?”, preguntó el viajante.


“Un malhechor”, dijo el cabecilla del grupo.


“¿Y lo perseguís para llevarlo ante la justicia?”.


“No. Lo perseguimos para enseñarle el camino».


Sólo la reconciliación salvará al mundo, no la justicia, que suele ser una forma de venganza."


Anthony De Mello






***












"En la medida en que se avanza en la vida espiritual se avanza también en el camino de la cruz, que es el único camino que nos lleva a la identificación con el Crucificado. 


El mismo Jesús nos muestra las cimas más altas de la oración en los momentos de más sufrimiento, tentación o desamparo; precisamente como fruto de su pobreza como hombre. 


En Heb 5,7 se nos dice que «a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas», pero no por ser el Verbo, sino por estar encarnado, «en los días de su vida mortal», bajo su condición humana sometida a la debilidad de la carne. 


Aunque el Verbo está en permanente comunión de amor con el Padre, es su condición de hombre lo que le empuja a entregarse apasionada y dolientemente a la súplica. 


Y por esta razón invitará a sus discípulos a orar diciéndoles que «el espíritu está pronto, pero la carne es débil» (Mt 26,41). La debilidad de la carne experimentada de múltiples formas se convierte también para nosotros en una constante motivación para orar.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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