jueves, 15 de febrero de 2018

Guía diaria para acompañarnos en el camino





"Una noche, estaba el poeta Awhadi de Kerman sentado en el porche de su casa e inclinado sobre un cuenco de barro. Pasó por allí el sufi Shams- e Tabrizi y le preguntó: “¿Qué estás haciendo?”.


“Contemplando la luna en una taza de agua”, le respondió.


“A no ser que te hayas roto el cuello, ¿por qué no miras directamente a la luna en el cielo?”.


Las palabras son un reflejo imperfecto de la realidad. 


Un hombre creía saber cómo era el Taj Mahal porque había visto un trozo de mármol y alguien le dijo que el Taj Mahal no era más que un montón de piezas como aquélla. 


Y otro hombre estaba convencido de que, como había visto agua del Niágara en un cubo, sabía cómo eran las cataratas."


Anthony De Mello





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B) Intercesión


«El modo peculiar que tiene la oración del contemplativo para convertirlo en instrumento eficaz de la gracia es lo que denominamos intercesión


Para entenderla, comencemos recordando que, con frecuencia decimos a alguien: «rezaré por ti»; y cumplimos nuestra promesa con algún recuerdo en la oración o haciéndole al Señor alguna petición concreta a favor de la persona o la necesidad por la que hemos hecho intención de orar. 


Esto no está mal, pero es un modo de oración muy limitado, y diferente a la oración que suscita en nosotros el Espíritu Santo, el cual nos mueve a dar un salto cualitativo para entrar en una oración verdaderamente eficaz, que es la intercesión.


Este modo de orarnos introduce en lo profundo de los demás para, desde allí, orar a Dios. De esta forma podemos asumir en nuestro ser más íntimo a todos aquellos por quienes oramos, sintiendo en nuestra propia alma sus dolores, sus luchas, sus gemidos...»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo



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