viernes, 16 de febrero de 2018

Guía diaria para acompañarnos en el camino





“¡Tiene usted un niño precioso!”.


“Esto no es nada. Debería usted verle en fotografía».


Anthony De Mello





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"Es un modo de orar en el que el contemplativo, olvidándose de sí mismo, se convierte de algún modo en aquellos por los que ora; y entonces es cuando experimenta la verdadera compasión, que no consiste en una mera sintonía afectiva con los sufrimientos y necesidades de los demás, sino en apropiarse de esos sufrimientos y necesidades, el con-padecer con los otros.

Este modo de orar es el propio de Cristo en su condición de «puente» entre Dios y los hombres, a la que nos hemos referido más arriba al tratar del ser del contemplativo. 


Allí veíamos cómo el Verbo encarnado se introduce en el corazón del mundo para, desde allí, dirigir al Padre la única intercesión eficaz. Y esta intercesión, que continúa realizando en la actualidad el Cristo glorioso, se prolonga en la Iglesia por medio de la intercesión de los bautizados. 


Éstos son introducidos por Dios en el corazón del hombre y del mundo y le descubre interiormente toda el ansia de la creación, que «está gimiendo y sufre dolores de parto» (Rm 8,22).»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo



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