jueves, 15 de marzo de 2018

Guía diaria para acompañarnos en el camino




"Una iglesia, o una sinagoga, necesitan recaudar dinero para sobrevivir. Pues bien, érase una vez una sinagoga judía en la que no hacían colecta entre los fieles, como suele hacerse en las iglesias cristianas. 


Su método para recaudar fondos consistía en vender entradas para obtener asiento en las festividades solemnes, que era cuando mayor asistencia había y la gente se mostraba más generosa.


Una de esas fiestas, llegó un muchacho a la sinagoga en busca de su padre, pero los conserjes no le permitían entrar porque no tenía entrada.


“Por favor”, dijo el muchacho, “se trata de un asunto muy importante...”


“Eso es lo que dicen todos”, replicó impasible el conserje. El chico se desesperó y comenzó a suplicar: “Por favor, señor, déjeme entrar... Es cuestión de vida o muerte... Sólo tardaré un minuto...”. 


Al fin, el conserje se ablandó: “Está bien; si es tan importante, de acuerdo... Pero ¡que no te pille yo rezando”. 


Desgraciadamente, la religión organizada tiene sus limitaciones.”


Anthony De Mello






***












"Por medio de una luz interior, el Señor nos asegura el encargo personal de una determinada misión dentro de la intercesión. 


Así tenemos la seguridad del interés de Dios por servirse de nuestro ministerio; pero, además, contamos con una especial seguridad de la eficacia de la intercesión. 


Aquí vemos un aspecto fundamental de la intercesión, que es el compromiso; porque este ministerio no consiste en ninguna forma de evasión o de espiritualidad cómoda. 


Por eso, cuando uno descubre una necesidad ha de intentar poner todos los medios a su alcance para asumirla, afrontándola con un amor real y efectivo, y tratando de hacer presente en ella el amor de Jesucristo a través del propio amor.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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