"Los que no han alcanzado la iluminación venderían su alma para demostrar que tienen razón.
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"San Ignacio habla también de «consolación sin causa precedente», diciendo que sólo puede venir de Dios.
Aplicando el principio aristotélico de causalidad (en el cual creía Ignacio), hay que deducir que, si no existe causa aparente de tal consolación, la causa debe ser Dios.
Este problema ha hecho correr mucha tinta, ya que no faltan hombres ilustres que ven en nuestro inconsciente esa causa imposible de detectar.
No parecía obedecer a ninguna causa humana la iluminación de san Pablo en el camino hacia Damasco, como tampoco el que los futuros discípulos de Jesús abandonaran de inmediato sus redes para seguirle.»
William Johnston-enamorarse de Dios

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