"En una pequeña ciudad, un hombre marcó en el teléfono el 016 y pidió que le pusieran con Información.
Al otro lado del teléfono se oyó la voz de una mujer: “Lo siento, tendrá que marcar el 015”.
Cuando hubo marcado el 015, le pareció escuchar la misma voz. Entonces dijo: “¿No es usted la señora con la que acabo de hablar?”.
“Lo soy”, respondió la voz. “Es que hoy cubro los dos servicios”.
Anthony De Mello
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"El contemplativo secular busca apasionadamente imitar el misterio de la inmolación redentora de su Señor, por eso sabe reconocer en la misa cotidiana este misterio y contemplarlo de tal modo que se siente movido a imitar el sacrificio que contempla, entregando toda su vida como ofrenda sacrificial que, unida a la de Cristo, presenta al Padre en la Eucaristía.
El mismo Jesús nos descubre un insondable misterio de amor y de comunión cuando nos dice: «El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí» (Jn 6,56-57).
La Eucaristía no nos ofrece solamente una simple presencia externa del Señor, de tipo físico, o una presencia momentánea en nuestro interior, sino una presencia viva y permanente en nosotros que nos permite «habitar» en Cristo, y hace posible que él habite verdaderamente en nosotros.»
Fundamentos-Contemplativos en el mundo
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