miércoles, 8 de junio de 2022

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Se celebraba un curso sobre "Cómo hacer amigos e influir en los demás” 


Un joven hombre de negocios explicaba a los alumnos cómo había puesto él en práctica todos los principios del curso en una entrevista con un posible comprador de su empresa, y cómo había funcionado todo perfectamente.


Bueno... ¡no del todo!


"Hice todo cuanto aquí se me había dicho», explicó el joven. 


"Comencé saludándole calurosamente, luego le sonreí y me interesé por sus cosas.


Presté la mayor atención a todo lo que él quiso decir.


Me desviví por mostrarme de acuerdo con sus opiniones y le hice ver, una  y otra vez, el extraordinario concepto que yo tenía de él.


El estuvo hablando durante más de una hora. Y cuando, al fin, llegamos a un acuerdo, supe que había hecho un amigo para toda la vida.»


Todo el mundo aplaudió cortésmente y, cuando los aplausos amainaron, el joven añadió con convicción: “¡Pero chico, qué enemigo se granjeó él!»


¿Por qué hacer a alguien un regalo que emocionalmente no te puedes permitir?"


Anthony De Mello





***











 "Por tanto, la dimensión propiamente religiosa de la persona humana se sitúa en el plano del espíritu, donde se ama sin restricciones y se entra en los más hondos niveles de la contemplación mística. 



La ciencia puede, sí, estudiar el cuerpo y la psique, mas no el espíritu, ya que aquí no dispone de datos sensibles que le permitan argumentar. 



El espíritu es, pues, la dimensión trascendental del hombre; trasciende de todas las culturas y, en cierto sentido, de todas las religiones. 



Cuando nos encontramos unos con otros en el nivel del espíritu, huelgan palabras; podemos entrar en comunicación mutua o, por mejor decir, «comulgar» en profundo silencio. 



Ahí es donde tiene lugar el diálogo más genuino.»



Enamorarse de Dios-William Johnston



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