miércoles, 30 de agosto de 2023

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"EL NIÑO DEJA DE LLORAR


«Afirmaba aquel hombre que, en la práctica, era ateo. 


Si realmente pensaba por sí mismo y era honrado, tenía que admitir que no creía de veras las cosas que su religión le enseñaba. 


La existencia de Dios originaba tantos problemas como los que resolvía; la vida después de la muerte era un espejismo; las escrituras y la tradición habían causado tanto mal como bien. 


Todas estas cosas habían sido inventadas por el hombre para mitigar la soledad y la desesperación que él observaba en la existencia humana.


Lo mejor era dejarle en paz. No decirle nada. Tal vez estaba atravesando una crisis de crecimiento y evolución.


Una vez le preguntó el discípulo a su Maestro: «¿Qué es Buda?».


Y el Maestro le respondió: «La mente es Buda».


Volvió otro día a hacerle la misma pregunta y la respuesta fue: 'No hay mente. No hay Buda'». 


Y el discípulo protestó: «Pero si el otro día me dijiste: 'La mente es Buda...'».


Replicó el Maestro: «Eso lo dije para que el niño dejase de llorar. Pero, cuando el niño ha dejado de llorar, digo:


No hay mente. No hay Buda ».


Tal vez el niño había dejado de llorar y ya estaba preparado para la verdad. De modo que lo mejor era dejarle solo.»


Pero cuando empezó a predicar su recién descubierto ateísmo a otras personas que no estaban preparadas para ello, hubo que frenarle: 


«Hubo una época, la era pre-científica, en que los hombres adoraban al sol. 


Vino después la era científica y los hombres se dieron cuenta de que el sol no era un dios; ni siquiera era una persona. 


Por fin, vino la era mística y Francisco de Asís llamaría 'hermano' al sol y hablaría con él».


«Tu fe era la de un chiquillo aterrorizado. Y ahora que te has convertido en un hombre audaz, la has perdido. 


Ojalá llegues algún día a ser un místico' y vuelvas a encontrar tu fe».


La fe no se pierde jamás por buscar sin miedo la verdad. Sólo las creencias que expresan la fe se ven nubladas durante algún tiempo; pero, llegado el momento, se purifican."


Anthony De Mello





***













 "¿Deberían pues las Iglesias cristianas corregir su visión del mundo y del ser humanoSe observa, sobre todo en el catolicismo romano, una fuerte tendencia a rechazar la adaptación al espíritu de la época.



No se trata de adaptaciones al espíritu de la época sino de la disposición a tomarse en serio los conocimientos de las ciencias modernas que interpelan a la teología.



Tomárselos en serio hasta el punto de estar dispuestos incluso a pasar de los dogmas antiguos, insostenibles por más tiempo o, por lo menos, a reinterpretarlos.»



La ola es el mar-Willigis Jager



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