"Una pulga decidió trasladarse con su familia a la oreja de un elefante.
De modo que le dijo a éste: “Señor Elefante, mi familia y yo pensamos mudarnos a vivir a su oreja, y he pensado que debía decírselo a usted y darle una semana para que lo piense y me haga saber si tiene alguna objeción que poner”.
El elefante, que ni siquiera era consciente de la existencia de la pulga, no se dio por enterado; y la pulga, después de observar escrupulosamente el plazo establecido de una semana, dio por supuesto el consentimiento del elefante y se trasladó.
Un mes más tarde, la señora pulga decidió que la oreja del elefante no era un lugar saludable para vivir e hizo ver a su marido la conveniencia de una nueva mudanza.
El señor pulga le pidió a su mujer que aguantara al menos otro mes para no herir los sentimientos del elefante.
Finalmente, se lo dijo con toda la diplomacia de que fue capaz: “Señor Elefante, hemos pensado cambiar de vivienda. Naturalmente, no tenemos ninguna queja de usted, porque su oreja es espaciosa y confortable.
Lo único que ocurre es que mi esposa preferiría estar al lado de sus amigas, que viven en la pata del búfalo. Si tiene usted alguna objeción que hacer a nuestro traslado, hágamelo saber a lo largo de esta semana”.
El elefante no dijo ni palabra, y la pulga cambió de residencia con la conciencia tranquila.
Si el universo no es consciente de tu existencia, ¡tranquilo!"
Anthony De Mello
***
"El ego se define a sí mismo por lo que acumula: posesiones, imagen, fama, títulos, poder, afectos, creencias…
Y, preso de una insatisfacción constante, que nace de su carácter vacío, se dedica toda su vida a acumular: es su único modo de sentirse vivo.
Esa será, por tanto, nuestra tentación constante.
Pero es importante advertir que no saldremos de ella a través de la lucha, sino gracias a la comprensión."
ENRIQUE MARTÍNEZ LOZANO-LA DICHA DE SER

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