"Un leñador estaba en el bosque talando árboles para aprovechar su madera, aunque ésta no era de óptima calidad. Entonces vino hacia él un anacoreta y le dijo:
–Buen hombre, sigue adelante.
Al día siguiente, cuando el sol comenzaba a despejar la bruma matutina, el leñador se disponía para emprender la dura labor de la jornada. Recordó el consejo que el día anterior le había dado el anacoreta y decidió penetrar más en el bosque.
Descubrió entonces un macizo de árboles espléndidos de madera de sándalo. Esta madera es la más valiosa de todas, destacando por su especial aroma.
Transcurrieron algunos días. El leñador volvió a recordar la sugerencia del anacoreta y determinó penetrar aún más en el bosque. Así pudo encontrar una mina de plata.
Este fabuloso descubrimiento le hizo muy rico en pocos meses. Pero el que fuera leñador seguía manteniendo muy vivas las palabras del anacoreta: Sigue adelante, por lo que un día todavía se introdujo más en el bosque.
Fue de este modo como halló ahora una mina de oro y se hizo un hombre excepcionalmente rico.
El Maestro dice: Sigue adelante, hacia tu interior hacia la fuente de tu Sabiduría. ¿Puede haber mayor riqueza que ésta?"
Anónimo
***
"Los niños también salen solo por salir. «Ir afuera» en este caso es: jugar, correr, reír. Más tarde, «salir» querrá decir: quedar con los amigos, estar lejos de los padres, hacer otras cosas.
Pero, por lo general, una vez más el afuera está entre dos interiores: es una etapa, una transición. Es un espacio que ocupa tiempo. Fuera.
Pero, por lo general, una vez más el afuera está entre dos interiores: es una etapa, una transición. Es un espacio que ocupa tiempo. Fuera.
En las caminatas que duran varios días, en las grandes excursiones, todo se invierte. «Fuera» ya no es una transición, sino el elemento de la estabilidad.
Cambian las fornas: se va de albergue en albergue, de refugio en refugio. Y lo que se transforma siempre es el «adentro», se vuelve variable indefinidamente.
No se duerme dos veces en la misma cama, otros anfitriones nos acogen cada noche. Hay una sorpresa renovada de los decorados, de los ambientes. Varían los muros, las piedras.»
Andar-Una filosofía-Fréderíc Gros

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