lunes, 4 de julio de 2016

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"A pesar de la ascendencia que la palabra tiene sobre la mente humana, muchas personas dudan de la eficacia del mantra o fonema místico para canalizar la energía mental y motivarse espiritualmente. Tal es el caso de un incrédulo personaje que estaba escuchando a un yogui que declaraba:


--Os puedo decir que el mantra tiene el poder de conduciros al Ser.
El hombre incrédulo protestó:
--Esa afirmación carece de fundamento. ¿Cómo puede la repetición de una palabra conducirnos al Ser? Eso es como decir que si repitiéramos “pan, pan, pan”, se haría realidad el pan y se manifestaría.


El yogui se encaró con el incrédulo y le gritó:
--Siéntate ahora mismo, sinvergüenza.
El incrédulo se llenó de rabia.
Era tal su incontrolada ira que comenzó a temblar, y furioso vociferó:


--¿Cómo te atreves a hablarme de ese modo? ¿Y tú te dices un hombre santo y vas insultando a los otros?
Entonces, con mucho afecto y ternura, el yogui le dijo:
--Siento mucho haberte ofendido.
Discúlpame. Pero, dime, ¿qué sientes en este momento?
--¡Me siento ultrajado!


Y el yogui declaró:
--Con una sola palabra injuriosa te has sentido mal. Fíjate el enorme efecto que ha ejercido sobre ti. Si esto es así, ¿por qué el vocablo que designa al Ser no va a tener el poder de transformarte?


El Maestro dice: Somete la enseñanza a la experiencia. Los métodos son instrumentos para alcanzar la liberación interior.»


Cuentos clásicos de la India







***













REGENERACIÓN Y PRESENCIA


"En el fondo de toda peregrinación hay una utopía y un mito: mito de la regeneración y utopía de la presencia. 


Me gusta pensar que si Santiago representa tan bien las virtudes de la peregrinación es también porque se lo considera el primer testigo de la Transfiguración de Cristo. La transformación interior es el ideal místico del peregrino: hay que volver absolutamente cambiado. 


Esta transformación aparece asimismo en el léxico de la regeneración, de ahí que muchas veces, en los alrededores de los lugares sagrados, haya una fuente, un arroyo o un río: elemento lustral en el que sumergirse para reemerger purificado, como lavado de uno mismo —podemos recordar aquí la peregrinación de los hindúes a las fuentes del Ganges—.»


Andar-Una filosofía-Fréderíc Gros


No hay comentarios:

Publicar un comentario