sábado, 9 de julio de 2016

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Se trataba de dos amigos con una gran tendencia hacia la mística. Cada uno de ellos consiguió una parcela de terreno donde poder retirarse a meditar tranquilamente. 


Uno de ellos tuvo la idea de plantar un rosal y tener rosas, pero enseguida rechazó el propósito, pensando que las rosas le originarían apego y terminarían por encadenarlo. El otro tuvo la misma idea y plantó el rosal. Transcurrió el tiempo.


El rosal floreció, y el hombre que lo poseía disfrutó de las rosas, meditó a través de ellas y así elevó su espíritu y se sintió unificado con la madre naturaleza. Las rosas le ayudaron a crecer interiormente, a despertar su sensibilidad y, sin embargo, nunca se apegó a ellas.


El amigo empezó a echar de menos el rosal y las hermosas rosas que ya podría tener para deleitar su vista y su olfato. Y así se apegó a las rosas de su mente y, a diferencia de su amigo, creó ataduras.


El Maestro dice: A lo que tienes que renunciar es al sentido de posesividad y a la ignorancia.»


Cuentos clásicos de la India







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"La impresión de presencia que emana de esas innumerables ofrendas minerales, como flores eternas en el suelo, es enorme: produce como una vibración, porque cada una parece esbozar un gesto, como si se estuviera rodeado de fantasmas. 


Todavía queda rodear la montaña sagrada, y eso requiere varios días: en efecto, el rito oriental impone dar la vuelta, rezando, al lugar santo (circunvalación), y el Kailash es como un templo natural, un monumento sagrado esculpido por los dioses en el hielo. 


Pero, sobre todo, el peregrino aún tiene que afrontar una última prueba: cruzar el puerto Dolma, a 5.800 metros, que permite el descenso a los valles. 


Una vez que ha subido hasta esas alturas inhumanas, heladas, el peregrino se detiene, se tiende como agonizando sobre las piedras, y piensa en todos aquellos a los que no ha sabido amar, rezando por ellos, reconciliándose con su pasado antes de abandonarlo definitivamente.»

Andar-Una filosofía-Fréderíc Gros


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