viernes, 2 de septiembre de 2016

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Había un general que estaba en su casa apreciando su colección de antigüedades, cuando de repente casi se le cae un precioso jarrón.


-¡Oh! ¡Qué susto!
Pensó: "Ya he dirigido millares de soldados, enfrentando diversas situaciones de vida o muerte y jamás me atemoricé. ¿Por qué será que hoy por causa de una vasija me asusté de esa manera?”.


Finalmente, él comprendió que el hecho de tener en su mente “deseo y rechazo” era la causa de su miedo. Entonces simplemente arrojó la valiosa vasija y la quebró.»


Historias Zen







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"¿En qué dimensión viven entonces, sin levantar el polvo, sin contacto?, ¿en qué espacio sin relieve, en qué tiempo en el que ni la lluvia ni el sol importan? Esas vidas, desligadas de los senderos y de los caminos, nos hacen olvidar nuestra condición: nada del desgaste de las estaciones y del tiempo parece existir. 


Un sabio taoísta decía: «Los pies en el suelo ocupan muy poco espacio; gracias a todo el espacio que no ocupan podemos caminar». Lo cual quiere decir, en primer lugar, que no sabemos estarnos quietos. 


Mirad a un hombre de pie esperando, inmóvil, tambaleándose un poco: araña el suelo con los pies, lo patea, y enseguida siente hormigueos en las piernas. No sabe qué hacer con los brazos, los balancea ligeramente o los mantiene pegados al cuerpo. Está en equilibrio inestable.»


Andar-Una filosofía-Fréderíc Gros


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