viernes, 11 de agosto de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino




"El Maestro no discutía con nadie, porque sabía que lo que el «discutidor» buscaba era la confirmación de sus creencias, no la Verdad.

Y en cierta ocasión mostró del siguiente modo el valor que tiene una discusión:

«Cuando cae al suelo una rebanada de pan, ¿dónde queda el lado untado de mantequilla: arriba o abajo?»

«Abajo, naturalmente».

«No señor; arriba».

«Hagamos la prueba».

Se untó de mantequilla por un lado una rebanada de pan, se arrojó al aire. . . y cayó con la mantequilla hacia arriba.

«¡He ganado!».

«Porque he cometido un error».

«¿Qué error?».

«Evidentemente, he untado el lado equivocado».

Anthony De Mello






***














2. Una vocación que transforma el ser


«La gracia de la vocación contemplativa conlleva y expresa una transformación profunda que Dios realiza en la persona. Esta transformación, regalada de forma inicial y germinal en el bautismo, se desarrolla y actualiza por medio de la misma gracia que pone en marcha la vida contemplativa. 


Esta gracia nos identifica con Cristo y nos ofrece la misma relación que Él tiene con el Padre.


Él nos ha destinado por medio de Jesucristo según el beneplácito de su voluntad, a ser sus hijos (Ef 1,5). A los que había conocido de antemano los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que Él fuera el primogénito entre muchos hermanos. 


Y a los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó (Rm 8,29-30). A cuantos lo recibieron [al Verbo], les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre (Jn 1,12).»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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