domingo, 27 de agosto de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino




"Cada vez que salía a colación el tema de Dios, el Maestro insistía en que Dios excede la capacidad de comprensión del ser humano; es decir, que Dios es un Misterio y que, por consiguiente, cuanto digamos de Dios no tiene nada que ver con Él, sino con la idea que tenemos de Él.

De hecho, los discípulos nunca comprendieron las consecuencias de ello hasta el día en que el Maestro decidió mostrárselas:

«No es exacto decir que Dios creó el mundo, o que Dios nos ama, o que Dios es grande. . . , porque de Dios no puede afirmarse nada. Por tanto, para ser exactos, deberíamos decir: 'Nuestro concepto de Dios creó el mundo, nuestro concepto de Dios nos ama, nuestro concepto de Dios es grande' . . . »

«Si es así, ¿no tendríamos que abandonar cualquier concepto que tengamos de lo divino?»

«No tendríais que abandonar vuestros ídolos si no los hubierais construido primero», dijo el Maestro.»

Anthony De Mello






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"Esta entrega le lleva a adherirse a la voluntad de Dios, de manera total y llena de amor, y así encuentra la luz que da sentido a la vida, a los sufrimientos, a las dificultades, a todo; y lo que le permite caminar, sufrir, luchar, caer y levantarse, tratando de ser fiel a un Dios que le llama y al que no ve, sobrellevando con alegría las confusiones, las sorpresas, las fatigas y los sobresaltos que conlleva la fidelidad en el amor a Dios. 


De este modo, la fe se convierte en el rescoldo que le ilumina y conforta en las luchas más terribles de la vida, convirtiéndose así en la misma vida del creyente.


De este modo se rompe esa línea divisoria que existe en muchos cristianos entre la vida y la fe, que se yuxtaponen como dos realidades que no llegan nunca a unificarse. Surge así la maravilla de la vida humana empapada de la fe o, yendo más lejos, el asombroso milagro que supone «vivir de la fe».


Fundamentos-Contemplativos en el mundo



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