martes, 5 de septiembre de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Dijo el Maestro: «Lo que vosotros llamáis amistad, en realidad es una transacción comercial: Responde a mis expectativas, dame lo que yo quiero, y yo te amaré; no lo hagas, y mi amor por ti se convertirá en resentimiento e indiferencia».

Y contó la historia de aquel individuo que, al regresar a casa después de un día de duro trabajo, fue recibido por su mujer y su hija de tres años.

«¿No hay un beso para papá?» «No».

«Me avergüenzo de ti. Papá está todo el día trabajando duro para traer dinero a casa, ¿y es éste el pago que tú le das? Ven aquí; a ver, ¿dónde está ese beso. . .?»

Mirándole a los ojos, la preciosa criatura de tres años le dijo: «¿Dónde está el dinero?»

Dijo un discípulo: «yo no cambio mi amor por dinero».

Y replicó el Maestro: «¿Acaso no es tan malo, o peor, que lo cambies por amor?»

Anthony De Mello






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"Por eso, el ser «esencial» del contemplativo está en relación radical con el ser de Cristo, ya que la gracia transformadora de la llamada ha hecho viva y plena la identificación con Cristo operada en el bautismo. 


Podemos afirmar que el contemplativo participa así del ser de Cristo y tiene las mismas características que Él. 


El Evangelio nos descubre que la misión de Jesucristo es salvar a la humanidad en obediencia a la voluntad del Padre; pero sustentando esa misión hay un ser radical que define y explica todo el misterio del Hijo de Dios. 


Y esa esencia del ser del Señor no es otra que el amor, porque se trata de la esencia misma de Dios-Trinidad, tal como nos dice san Juan: «Dios es amor» (1Jn 4,16).»             

Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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