domingo, 31 de diciembre de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino



“¿Sabes que tienes un perro muy inteligente?”, le dijo un hombre a su amigo cuando vio a éste jugar a las cartas con su perro.


“No lo creas. No es tan inteligente como parece”, le replicó el otro. “Cada vez que le tocan buenas cartas mueve la cola”.


Anthony De Mello





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"En Jesucristo no vemos que exista una separación entre oración y vida. El hecho sorprendente de que el Hijo de Dios tenga necesidad vital de orar y viva en permanente oración nos descubre que para Él no es un quehacer más, sino el ambiente habitual de su existencia, la atmósfera en la que vive y actúa. 


En este sentido podemos afirmar que el primer «ministerio» del contemplativo secular es la misma oración, a la que se siente llamado personalmente por el Señor cuando nos invita a «orar siempre, sin desfallecer» (Lc 18,1). 


Por eso, el contemplativo no ora por gusto, ni siquiera por una necesidad personal o general, sino por un encargo del Señor. 


Lo cual no quiere decir que en ocasiones no encuentre gusto en la oración; pero no es ésa la motivación que le lleva a entregarse a ella, sino el convencimiento profundo de una misión a la que se siente llamado desde el nuevo ser que Dios le ha regalado.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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